martes, 16 de noviembre de 2010

la educación intercultural y la escuela

Somos conscientes de que los cambios planteados en los apartados anteriores no se pueden realizar de la noche a la mañana, pero entre todos, sociedad, escuela y familia, se podrán conseguir. Se debe reconstruir la vida escolar para que los profesionales de ésta puedan llevar a cabo su trabajo con satisfacción promoviendo una mejora en el desarrollo del proceso educativo.
Para llegar a los objetivos de la Educación Intercultural no debemos quedarnos, únicamente, en la visión crítica de los profesores, sino que tenemos que ir más allá y profundizar en los valores que imperan en una sociedad democrática. Pero este proceso es más complejo de lo que creemos, y más aún en la sociedad de nuestro siglo, tan tecnificada e informatizada.
Vivimos en una sociedad democrática con sus valores correspondientes, los cuales están reflejados en el currículum a través de los temas transversales. Sin embargo, en la practica existe una contradicción entre la defensa de estos valores democráticos en la escuela y su escasa presencia real.

Una escuela orientada hacia el interculturalismo deberá aspirar a generar y estimular un proceso continuado de reflexión que deberá incorporar al menos los siguientes aspectos (Galino, 1992, Gairín ,1992):

1.- Un análisis y una revisión seria del currículum para convertirlo en un instrumento capaz de asumir el ejercicio del derecho a la diversidad cultural.
2.- El diseño pedagógico del desarrollo de la propia identidad como instancia abierta a la aceptación positiva tanto de la simetría como de la diferencia de otras aportaciones culturales.
3.- La participación de profesores, padres y agentes sociales en la elaboración del currículum intercultural.
4.- Acoger y asumir la enseñanza de las lenguas que interesen a las minorías para su desarrollo cultural.
5.- Incorporar las experiencias singulares de la cultura, arte y estilos de vida de otros pueblos, potenciando no sólo la comprensión sino igualmente el sentido crítico ante las respuestas dadas por cada cultura, incluida la propia.
6.- Hacer del currículum un instrumento flexible del que pueda beneficiarse en su interacción todo el colectivo escolar.
En definitiva, para llegar a una educación intercultural que de buen fruto para todos se necesita que los valores que promueven escuela, familia y sociedad no sean contradictorios, pues de lo contrario, el niño estaría sometido a un maremagnum de información diversa sin saber que camino escoger, decantándose así por la vía más cómoda y, a veces, la menos correcta.

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